
Marta Martínez Carro se licenció en Periodismo porque creyó que era lo más cercano que alguien de barrio podía estar de dedicarse a la escritura. El plan no acabó bien pese haber trabajado en prensa, radio y comunicación corporativa e incluso recibir algunas becas por sus piezas.
En 2015 dejó su tesis doctoral para agarrar los restos del naufragio de un proyecto de creación cultural para convertirlos en la editorial ContraEscritura dedicada a la arqueología bibliográfica con dos obsesiones: el antifascismo y los libros censurados.
Tiene dos poemarios publicados de los que no le gusta hablar.
- Última actualización: 18-09-2020
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